Entre 2016 y 2022 un grupo de realizadoras se propusieron narrar una parte de la historia. Inspiradas en las trayectorias vitales y políticas de las maestras mendocinas Angélica Mendoza y Florencia Fossatti, realizaron una investigación para la producción y rodaje del documental Memorias Desobedientes (2022).
El presente artículo profundiza en algunos aspectos teóricos que orientaron las tareas de narración del pasado en tensión con las necesidades del tiempo presente y con el momento del mundo que las realizadoras estaban viviendo. El texto entonces, se propone sistematizar algunas reflexiones en torno a cómo el concepto de historia en Siegfried Kracauer puede ser una herramienta conceptual potente, estética y política, para la narración de las luchas por otro mundo posible. En este caso, para
las luchas feministas. Entiendo que fue ese concepto el que posibilitó en la película documental titulada Memorias Desobedientes (2022) la narración crítica de la historia de las luchas de mujeres y de la diversidad en la provincia de Mendoza, que podríamos al menos situar entre 1919 y 1922.
La argumentación se desarrolla en tres momentos: una introducción a las tareas de realización y de investigación que inspiran la búsqueda teórica y, posteriormente, el desarrollo de las dos figuras kracauerianas para explorar el pasado: el fotógrafo y el viajero. Concluyen el escrito, notas finales para otros recomienzos. […]
Este trabajo se pregunta cómo pensar sobre interacciones íntimas, cotidianas de resistencia a la diferencia colonial, definiendo intimidad no exclusivamente ni principalmente en términos de relaciones sexuales, sino de la vida social entretejida entre personas que no están actuando como representantes o funcionarias. Se parte de la idea de que la lógica categorial dicotómica y jerárquica es central para el pensamiento capitalista y colonial moderno sobre raza, género y sexualidad, y de que los colonizados fueron definidos desde el primer momento de la colonización como no-humanos, cuya animalidad les impedía ser vistos como hombres y mujeres, aun considerando a las mujeres blancas como no-hombres. Se muestra el vínculo entre la introducción colonial del concepto instrumental moderno de la naturaleza que es central para el capitalismo, y la introducción colonial del concepto moderno de género. Se propone un feminismo descolonial, con un fuerte énfasis en una intersubjetividad historizada, encarnada, entablando una crítica de la opresión de género racializada, colonial y capitalista, heterosexualista, como una transformación vivida de lo social. En oposición a la jerarquización dicotómica que caracteriza la colonialidad capitalista y moderna, se plantea el movimiento hacia la coalición que nos impulsa a conocernos el uno al otro como sí mismos que son densos, en relación, en socialidades alternativas y basadas en formas tensas, creativas, de habitar la diferencia colonial. Para ello es necesario el análisis de la opresión de género racializada y capitalista, es decir, de “la colonialidad del género”, a fi n de vencerla mediante el “feminismo descolonial”. […]
El presente trabajo parte del supuesto de que la no incorporación de la mujer en el escenario político – un hecho reciente, del siglo XX – ocurrió no a pesar del pensamiento democrático, sino porque la teoría democrática misma se sustentaba en esa exclusión de la mujer en el espacio público. Este supuesto es producto de la mirada crítica que desde el feminismo se ha hecho a las teorías clásicas de la democracia, concretamente, del contrato social. En este marco, Carole Pateman es una autora de la mayor relevancia, pues su crítica parte de la deconstrucción misma de los discursos clásicos sobre la democracia, y no desde fuera de él. El presente trabajo hace un seguimiento a las ideas principales de Pateman en su libro “The Disorder of Women”, en torno a dos autores clásicos del contrato social, Rousseau y Locke, en torno a un tema esencial para entender la exclusión de la mujer del ámbito político: el contrato social, la esfera pública y sus sujetos, los ciudadanos. Para ello, nos apoyaremos de otros autores, como Mary Wollstonecraft, citada por la propia Pateman en dicho libro, y MacPherson, teórico y crítico del pensamiento liberal y de la democracia moderna. […]